No es la primera vez, y ojalá fuera la última, en la que la universidad presenta dificultades. (No importa cuándo leas esto).
Todos estamos conscientes de que no es sencillo enfrentar o sobrellevar las situaciones de aprieto, mucho menos cuando es necesario entrar a un paro indefinido. Sin embargo, ahora más que nunca, es cuando hay que colocar empeño en buscar las ventajas dentro de las adversidades y sacarle todo el provecho posible a la cantidad de tiempo que, quizá, sientes que estás perdiendo, por lo que hemos decidido hacer una lista de cosas que puedes realizar en estas circunstancias:
- Organizar las ideas que aún no tengas claras con respecto a tu trimestre (o vida académica en general). A veces muchos iniciamos el trimestre con la cabeza en los pies e, inevitablemente, llevamos la desorganización para todas partes con nosotros. Si en este punto del trimestre sientes que todavía no has podido organizarte, este es el momento de hacerlo. Ten en cuenta que entre semanas hay muy poco tiempo para hacer todo lo que en algún momento pensaste que sí, así que lleva a cabo tu propia lista de cosas pendientes y ve abordándolas una por una, ya sea desde ahora mismo, o apenas se reanuden las actividades. Lo importante es tener claras las prioridades y el tiempo con el que dispones.
- Evaluar de qué maneras organizar tu pensum. No es un secreto que mantener un seguimiento de las materias del pensum al pie de la letra, al igual que graduarse, pueden parecer metas casi imposibles en estas épocas. Decidir qué materias y en qué momento adelantarlas es primordial en todas las carreras; no obstante, requiere un proceso de meditación y consulta que usualmente evitamos, precisamente, por falta de tiempo para pensar en todos los planes que tenemos que llevar a cabo. Haz un espacio y aclara contigo mismo tu plan de estudios a mediano y largo plazo, evaluando la mayor cantidad de escenarios posibles y tomando en cuenta presentes y futuros proyectos.
- Estudiar. Sí, estudiar. Puede que parezca obvio, pero llega a ser complicado, pues algunos dependen de las clases para sentir presión de hacerlo, otros se desaniman y otros, simplemente, presentan mera pereza. Independientemente de cuál sea tu caso, todos hemos estado de acuerdo, aunque sea una vez, con la sensación de que tenemos muy poquito tiempo para estudiar para los parciales. Puedes empezar con las materias “sencillas” para salir de éstas rápidamente (además de que siempre las dejamos para última hora) y aliviar la carga cuando toquen las más pesadas. También puedes aprovechar para repasar los contenidos que tal vez aún no tengas del todo claros y encargarte de entenderlos mucho mejor y, si eres de los que van súper pendientes de reventar sus materias, estás a tiempo de adelantar y practicar con todo el material de estudio (especialmente guías) que encuentres *coff, coff*.
- Termina tus asignaciones. Puede que este consejo parezca demasiado obvio, pero nunca está de más hacer énfasis en él. Si tienes materias que dependen de asignaciones que consumen mucho tiempo y esfuerzo para aprobar, ¿qué estás esperando para entregarlo? Sal de todos esos proyectos y laboratorios pendientes
- Reúnete a estudiar con tus compañeros. Si la flojera o desmotivación están siendo más fuertes que tus ganas de estudiar y tienes la posibilidad de estudiar en grupo, ¡toma el chance! La compañía es necesaria de vez en cuando para que fluyan mejor las ideas. Además, le aumenta los ánimos de continuar practicando a más de una persona.
- Usar el Internet de forma productiva. Hay un sinfín de utilidades que le puedes dar a tu Internet. El acceso a cursos en línea ayuda más de lo que crees al desempeño personal en diversos ámbitos, sean académicos o no. Puedes iniciar por lo más esencial y cómodo de encontrar y aprender por tu cuenta, principalmente los idiomas y cursos de programación. En páginas y aplicaciones como Coursera, Rosetta Stone, e incluso Duolingo, puedes sacar mucho provecho para los idiomas; tal y como en Udemy y Codeacademy para programación. Es cuestión de buscar lo más adecuado y didáctico para ti, créenos, lo que sea que quieras aprender, en Internet lo vas a encontrar.
- Disfrutar de la poca vida social que probablemente tienes en este punto de tu vida. Sabemos que una vez que entramos a la universidad, estamos muy ocupados como para disfrutar con seres queridos, así que si ya has cubierto tus responsabilidades académicas y tienes amistades que no ves desde hace mucho tiempo, escríbeles para salir. La familia y los amigos son una parte muy importante en la vida de todos, así que no sientas ningún tipo de remordimiento por haber tomado una tarde para ver una película o salir a comer en vez de estar estudiando. Eso sí, recuerda moderar tu tiempo y espacio.
- Retomar actividades que en algún momento dejaste de hacer. La mayoría de los nosotros tenemos pasatiempos o pasiones que, tristemente, hemos tenido que dejar atrás al momento de entregar nuestras almas a los estudios (nah, mentira, es que no nos sabemos organizar). A pesar de esto, siempre hay, aunque sea, una hora que les puedas dedicar, así que no dudes en desempolvar ese libro que dejaste por la mitad, terminar de practicar canciones en tu instrumento favorito, redactar tus escritos para futuros concursos de escritura *coff, coff* o hacer ejercicio.
- Despejarte, distraerte o descansar. Este punto se encuentra bastante relacionado al anterior, sin embargo, está más enfocado en dedicar un tiempo para ti mismo, por lo que no debes confundirlo jamás con caer en ocio. Esto aplica si saliste de parciales o sencillamente no has podido tomarte unos minutos para relajarte de todo y olvidarte del estrés. Si es tu caso, todavía tienes chance de darte un gusto y completar tu lista de películas/series de los Oscars/Emmys de hace dos años, escuchar ese álbum que descargaste hace meses o procurar dormir más de seis horas al día (sí, lo sabemos).
Las actividades académicas son indispensables en nuestras vidas; la clave está en recordar que, incluso si no hay condiciones para continuar con las mismas con regularidad, siempre debemos tener la iniciativa de no descuidar las cosas que igual podemos hacer, de manera en que no regresemos completamente desorientados al retomarlas, pero tampoco muy agobiados y sumergidos en nuestra propia presión. La autodeterminación es lo único que puede definir tu éxito en la universidad. ¡Ánimos!